martes, 29 de noviembre de 2011

Si la vida fuera Vodka, sí que me la tomaría en serio.

We've been on the run, driving in the sun,
 looking out for number one.
 California here we come, right back where we started from. California… California… Here we come!”


Le miras, a lo lejos, sin que él te vea. Aún no te has decidido a decirle que le quieres, que le quieres como una niña pequeña. Le necesitas. Pero tienes miedo, y no vas a jugártela (no de momento). Aún así cada uno de sus movimientos te pide que le beses, no te puedes resistir (mira cómo se coloca el pelo, cómo sonríe, cómo se muerde las uñas). Le ves tan perfecto, tan diferente de los demás (con esa forma suya de levantarse y colocarse los pantalones; y como se quita el jersey en los días de verano…). Piensas en como te trataba, como te sonreía y te contaba cosas… Lo lejano que parece estar todo eso ahora… Tiene algo. Algo que hace que no puedes dejar de pensar en él día y noche. Pero el destino os impide estar juntos (No consigues entender por qué, hubierais estado tan bien…).
Sin embargo, todo lo que pasa, pasa por algo. Lo más probable es que no te convenga. Además, son todos iguales. Hoy te lo dice una amiga. Mañana, te lo dirá la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario