viernes, 25 de noviembre de 2011

El dia que no me cueste apretar el botón para borrar tus mensajes.

Entre las páginas de un libro cubierto de polvo aparecen lo que no parecen más que lejanos recuerdos de la infancia, de la época inocente de nuestras vidas. 
Príncipes que buscaban princesas con zapatitos de cristal, mujeres que se enamoraban de hombres dejando totalmente a un lado su aspecto físico, manzanas envenenadas cuya enfermedad se curaba con un beso,  príncipes que luchaban contra brujas malvadas para despertar a una chica de la que se habían enamorado a primera vista, amor entre pobres y ricos que se manifestaba con un plato de espaguetis, o grandes princesas conquistadas por un chico cualquiera en un viaje en alfombra voladora; y luego él, el chico común y habitual que se enamoró de otra, y dejó a un lado a su mejor amiga y sus ganas de no crecer nunca, por una chica guapa y dulce que apareció por casualidad mientras sobrevolaban la ciudad de Londres.


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