jueves, 26 de enero de 2012

Báilame el agua

¿Y bien? ¿Qué has hecho con mi media naranja? ¿Zumo?
















Poco a poco habíamos aprendido a cogernos de la mano para soportar el fuerte viento. En aquellos días en que los sueños no se compraban, y la opinión de los demás estaba de más. Cuando éramos nosotras contra el mundo.
Ideas claras sin opción a reproche, sonrisas inimitables, inocencia servida en vasos de Coca Cola, francesitas y cenas en un McDonald’s. Momentos que tocaron tan adentro que a día de hoy me es imposible olvidarlos. Personas de las que pasan por tu vida y no las dejas ir. De las que te hacen reír cuando lloras, y que han estado junto a ti viendo ir y venir tanta gente… De esas que un día abandonaste y te esperaron con los brazos abiertos a que volvieras. De las que si tuvieras delante darías un beso e incluso derramarías alguna lágrima aún sabiendo que no seas de esas. Las que se merecen a alguien mejor porque no tienen precio. De esas que un gracias se les queda pequeño.
Y es que quiero que sepáis que aunque no os lo recuerde, aunque no tenga la suficiente fuerza para decíroslo a la cara, os quiero. 

(Pelo color otoño, Aster, y demás)

jueves, 5 de enero de 2012

Me callo porque es más cómodo engañarse, me callo porque ha ganado la razón al corazón.

"Vamos a decidir entre hacer lo que nos de la gana y hacer lo que nos de la gana; y si dudamos lo echamos a suertes, para así poder echarle la culpa al azar"


Dicen que es de tontos seguir intentándolo cuando se ve que no hay futuro, pero que es de cobardes rendirse. Que cuando se cierra una puerta, la vida te abre una ventana; y si alguien se va, es culpa del destino, si se aleja de ti tienes que dejarlo ir. Sin embargo, te obligan a aferrarte a todo lo importante, te dicen que no le dejes escapar si merece la pena. Y tú piensas "claro que la merece" mientras tus amigas no hacen más que evitar el tema para que consigas de una vez olvidarte de él. Te dicen "fuiste una tonta, no tenías que haber hecho eso, no tenías que haber ido llorando a verle, no deberías haberle contado tantas cosas" pero sin embargo, no te arrepientes de nada. La única verdad es que te jodía verle con otras, pero preferías ser su amiga que no ser nadie. Que intentabas siempre sonreír cuando estabas con él, pero estabas harta de tener que recurrir los sábados a la botella, y de fumarte un cigarrillo tras cada conversación porque no podías más. Te hacía daño y tú lo sabes, y dices haberte olvidado de él de una vez, dices que ya ni siquiera te sabes su número, que no te acuerdas del día en que lo viste por primera vez, ni por última. Pero tú y yo sabemos que no es verdad, que le sigues queriendo, que cada vez que entras al tuenti y le ves conectado te mueres porque te salude, y que odias cuando ya no te contesta. Que estás loquita por sus huesos; y que, aunque ahora haya otros, sigues pensando en él cada vez que un chico te mira. Y te sigues preguntando por qué no hay nadie capaz de igualar su sonrisa, por qué nadie te abraza con sus abrazos, por qué nadie te besa como él lo hacía. Bienvenida a la amargura del para siempre.