jueves, 26 de enero de 2012

Báilame el agua

¿Y bien? ¿Qué has hecho con mi media naranja? ¿Zumo?
















Poco a poco habíamos aprendido a cogernos de la mano para soportar el fuerte viento. En aquellos días en que los sueños no se compraban, y la opinión de los demás estaba de más. Cuando éramos nosotras contra el mundo.
Ideas claras sin opción a reproche, sonrisas inimitables, inocencia servida en vasos de Coca Cola, francesitas y cenas en un McDonald’s. Momentos que tocaron tan adentro que a día de hoy me es imposible olvidarlos. Personas de las que pasan por tu vida y no las dejas ir. De las que te hacen reír cuando lloras, y que han estado junto a ti viendo ir y venir tanta gente… De esas que un día abandonaste y te esperaron con los brazos abiertos a que volvieras. De las que si tuvieras delante darías un beso e incluso derramarías alguna lágrima aún sabiendo que no seas de esas. Las que se merecen a alguien mejor porque no tienen precio. De esas que un gracias se les queda pequeño.
Y es que quiero que sepáis que aunque no os lo recuerde, aunque no tenga la suficiente fuerza para decíroslo a la cara, os quiero. 

(Pelo color otoño, Aster, y demás)

1 comentario:

  1. Jooo, mi pequeña Albitttch, la de la cara de mandarina que le queda mejor cuando es naranjito y no roja de llorar las desgracias de tacirupeca y el pavo que va al cine (a tirar palomitas por encima del proyector y cantar "beeee italian") y dice brlbrlbrl. Cada vez que tienes una entrada por aquí me sacas una sonrisa gigantienorrrme. Yo también te quiero tú, mucho.

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