miércoles, 28 de diciembre de 2011

The way I see it #257: Love wins.

Siempre voy para adelante, y si retrocedo alguna vez es para coger impulso. Y sinceramente la cosa no es que esté loca, solo escondo la tristeza detrás de un buen puñado de risas. Las malas pasadas me afectan como a cualquiera, pero esa no es razón suficiente para soportar las caras de pena que te pone la gente cuando estás triste. A mí me enseñaron a ser valiente y a luchar por lo que quiero, y quizás por primera vez en mucho tiempo tú no eres mi objetivo, esta vez solo quiero ser feliz. Puedes irte, puedes irte ahora sin pensar en nada más, pero estoy completamente segura de que algún día volverás, porque tú también me querías y tú tampoco podías vivir sin mí; y no voy a insistir más, que sé que no te gusta; esta vez, voy a pasar de todo, voy a centrarme en mí, y serás tú el que venga a buscarme. Porque por lo que sé de la vida, y de todas las respuestas que se guarda para sí, el amor lo puede todo. Y si te fijas, verás que hay gente aguantando mucho más por amor de lo que tú y yo llegamos a soportar. Y si no vuelves, es que no te merezco, ni tú me mereces a mí. Si no vuelves, es que tu orgullo te puede. Si no vuelves, es que no me querías, es que no era amor.




martes, 27 de diciembre de 2011

Me resbala si follas o fallas.

Ya no te tengo en mi lista de prioridades, y se me está empezando a olvidar tu número de teléfono. Ya no sé decirte diez razones por las que deberías estar conmigo, porque no se me ocurre ni una sola por la que apostar por ti. Me da igual lo que te condujo a irte de mi lado, y por qué sigues llevando mi pulsera. No me importa a quién beses ni con quién duermas el sábado. Ya no te pregunto a quién invitas al cine porque no quiero que me cuentes mentiras.
Ya no eres mi razón para levantarme los lunes y estás tan acabado que ni siquiera soy capaz de reconocerte. Son demasiadas horas en vela las que he pasado y si tienes valor de reprocharme algo, destaparás mis gritos envasados al vacío y te juro que serán las últimas palabras que oirás de mi boca. No volveré a molestarte. No me volverás a ver. Estoy harta de perder, fingir y sonreír. No me pidas perdón. En mi vida ya no pintas nada.



domingo, 11 de diciembre de 2011

Es cierto que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, pero también es verdad que no sabías lo que te perdías hasta que lo encontraste.

¿Un suspiro? Un suspiro es el aire que nos sobra por alguien que nos falta.


Echo de menos los días que me hacías reír. Echo de menos tus abrazos, tu sonrisa y esa forma tuya de mirar. Echo de menos nuestras conversaciones sobre la vida, estar contigo por las tardes, tu voz al otro lado del teléfono. Echo de menos que siempre tuviéramos tema del que hablar, lo que me ayudabas, que estuvieras siempre disponible, ¿llamadas a las 2 de la mañana? Era algo habitual ya. No sé que fue lo que falló, no sé lo que hice mal, puede que quizás no fuera mi culpa o igual es que soy una idiota y no supe valorarte. Aún así, daría todo lo que tengo por volver atrás y no dejarte escapar. Nos echo tanto de menos. (Ais).

jueves, 8 de diciembre de 2011

Cuando tenga valor para hablar diré que tengo miedo de vivir, sin volver a escuchar cómo suena un "te quiero".

Que se pare el tiempo.


Que me dejen disfrutarle unos minutitos más, que no lo entienden, que no se como ni cuando le volveré a ver. Que le he intentado olvidar, y es imposible, cuando ya no pienso en él; a él le da por pensar en mí, y vuelve. Mis lágrimas son débiles, solo vencen al maquillaje. Mi sonrisa se esfuma y ni siquiera le importa. Es idiota. Pero qué idiota tan guapo. Es inútil, no hay quien le saque de mi cabeza. Pero espera, se acuerda de mí cuando le conviene, y ni siquiera sabe cual es mi color favorito. No le importo, es imbécil. Creo que me merezco algo más, no puedo estar siempre esperándole. ¿O si puedo? A este paso, acabaré descubriéndolo por mí misma. Dios mío, venga príncipe azul, es hora de aparecer. 

domingo, 4 de diciembre de 2011

Este año, me prometí no volver a llorar por un tío y también luchar por todo aquello que quiero.

Pero no lo hice, siempre me acabo rindiendo. Dejo de intentarlo, y empiezan las lágrimas. Quizás si no hubiera parado, seguiríamos como tendríamos que estar; y eso es lo que más me pesa. Me duele que por mi culpa los sueños hayan quedado reducidos a aire, a palabras que se fueron en el momento en que las dije llorando arrepentida.
Que idiota soy, como me gusta mentir y decir que no te quiero, que no me importas. Que si tuviera la oportunidad de elegir a una sola persona en el mundo con quien pasar el próximo año (o el resto de mi vida, me da igual…) no te elegirá a ti. Que no me duele verte con otras, que eres pasado… Estúpida. Sabía que te tenía ahí, que podría haber conseguido mucho; y sin embargo, me resigné a comerme la cabeza e imaginar cosas que no eran. Y ahora que te he perdido para siempre, un consejo para cualquiera en la misma situación: aprovecha cada segundo a su lado, y no le dejes escapar.


viernes, 2 de diciembre de 2011

Él es como mi droga , dependo de él y si no le tengo me ahoga.

Hace ya bastante tiempo que le perdí. Y cada segundo que pasa, me doy cuenta de que ya no es el mismo; de que ya no somos los mismos. No me sonríe y a veces tengo la sensación de que ni me mira, que solo me habla porque no quiere hacerme daño. Que solo seguimos juntos porque no nos apetece llorar. Pero engañarnos es peor, muchísimo peor que aceptar que ya no tenemos nada; porque en un momento todo saltará y cuanto más alto subamos, peor será la caída. ¿Recuerdas a principio de curso, cuando nos dijimos que iba a ser para siempre? Nos equivocamos. Nada es para siempre. Ni los trabajos, ni el maquillaje, ni el botox, ni los músculos, ni el llanto, ni la risa y ni siquiera el amor es para siempre. No existen finales felices, solo historias sin acabar. El amor se agota; y a partir de ahí, empieza la rutina; y es ella la que lo jode todo.