Que se pare el tiempo.
Que me dejen disfrutarle unos minutitos más, que no lo entienden, que no se como ni cuando le volveré a ver. Que le he intentado olvidar, y es imposible, cuando ya no pienso en él; a él le da por pensar en mí, y vuelve. Mis lágrimas son débiles, solo vencen al maquillaje. Mi sonrisa se esfuma y ni siquiera le importa. Es idiota. Pero qué idiota tan guapo. Es inútil, no hay quien le saque de mi cabeza. Pero espera, se acuerda de mí cuando le conviene, y ni siquiera sabe cual es mi color favorito. No le importo, es imbécil. Creo que me merezco algo más, no puedo estar siempre esperándole. ¿O si puedo? A este paso, acabaré descubriéndolo por mí misma. Dios mío, venga príncipe azul, es hora de aparecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario