sábado, 26 de mayo de 2012

You may say I'm a dreamer, but I'm not the only one.

Te enseñan a atarte los zapatos, a hablar, a escribir, a comer, a ganar, a perder, a hacer amigos, a no pegar, a pedir perdón, a tener ilusiones, a tener fe, a correr, a saltar, a montar en bicicleta, a nadar, a controlar el miedo, a aguantar la risa, a mirar a la cámara en las fotos, a combinar la ropa a la hora de vestirse, a sumar, restar, multiplicar, dividir, derivar, integrar, a soñar. Te enseñan a cocinar, a programar el vídeo, a conducir, a recortar con tijeras de punta redonda, a hacer la voltereta, a echarte crema en los días de Sol, a pintarte las uñas, a caminar con tacones, a hacer la cama, a apreciar la belleza, a poner cara de felicidad siempre que te hacen un regalo, a rezar, estudiar, bailar, saltar a la comba, a querer. Te enseñan todo lo necesario para que puedas entender la vida, y se olvidan de enseñarte a parar de llorar y ser feliz. "Piensa en cosas bonitas" ¿Y bien? ¿Eso es todo? SU SONRISA ERA BONITA.


“When I was 5 years old, my mother always told me that happiness was the key to life. When I went to school, they asked me what I wanted to be when I grew up. I wrote down “happy”. They told me I didn´t understand the assigment, and I told them they didn´t understand life.”

martes, 22 de mayo de 2012

No fue lo que pudo ser, qué extraña esta forma de doler.

Barrer de sueños el suelo de la habitación, susurrarte al oído que esta noche no vas a irte de aquí; y después sonreír como una tonta el resto de la semana.


Es cuando miras a través de la ventana y te das cuenta de que la nostalgia invade todo tu cuerpo, cuando de verdad empiezas a comprender lo que es echar de menos. Y después, con ese abril que "viene a recordarte que ya no eres feliz" te topas de frente con la realidad; que es que nunca podrás volver atrás. No podrás volver a mirarle a la cara sin sentir que algo falla, que algo se te clava muy dentro, sin ese sentimiento de que ya no es lo mismo. Y te engañarás a ti misma hasta el punto de cambiar del todo tu forma de ser, como si por su culpa tú ya no pudieras seguir siendo la tonta que se ríe por cualquier cosa. La que cuenta un chiste por minuto, y nunca abandona su sonrisa. Como si para olvidarle, tuvieras que fingir ser otra persona. Alguien fuerte, con la mirada segura, capaz de afrontar cualquier problema; pero incapaz de evitar los malos ratos en sus ratos libres. Incapaz de no llorar cuando tiene un minuto. Porque a veces es bueno ser feliz, pero a veces vale más sufrir un poco de vez en cuando que dejarlo todo para ahogarte entre lágrimas el día en que algo explote.

martes, 15 de mayo de 2012

"Conoces a cientos de personas y ninguna te deja huella, y de repente conoces a una persona y te cambia la vida para siempre."

Tal vez en este momento debería estar mordiéndome las uñas e imaginándome cómo será, como solía hacer con él. Vistiéndome y maquillándome para que me dijera que no hacía falta nada, que estaba bien de cualquier forma. Sonriendo al escuchar su nombre y con esas cosquillas en el estómago al verle abrirme chat. Pero no es él, y quizás un día aprenda a quererle. Pero no pueden pretender que cada vez que me mire, tenga que apartar la mirada porque no puedo evitar tirarme a sus brazos, darle un beso. Que cuando me sonría me derrita y le eche de menos al instante de que se vaya. Porque él no fue la única persona que un día me hizo sentir así, pero es la única que lo conseguirá siempre que quiera, por mucho tiempo que pase. Es la única a la que se lo perdonaría todo, incluso el haberse ido de mi lado. La única en la que pienso cada día, sin excepción. La única a la que quise y seguiré queriendo de verdad siempre.

lunes, 7 de mayo de 2012

Y si te vas, llévame en una maleta. Yo prometo no pesarte, tú procura no perderla.

Vuelve antes de que este te quiero se haya convertido en un triste te quise, y mis labios que ahora suspiran por ti, se entreguen a otros. Antes de que las manecillas del reloj agoten su tiempo y no me queden fuerzas de volver a darle cuerda. Cuélate por mi ventana como hacíamos de niños, y tráeme una rosa por cada mes que me dejaste sola ahogando mis penas. Tenme miedo, porque puede que si tardas más de la cuenta mi recibimiento no sea el que tú esperas; y en vez de ofrecerte algo de beber, te lance el vaso a la cabeza. Roba la libreta donde tengo apuntados todos y cada uno de mis sueños y ayúdame a cumplirlos, mientras tiras a la basura el bote de lágrimas del cajón de la mesita. Vuelve pronto conmigo. Vuelve, y haz que mi enfado se pase con solo un besito en la nariz. Porque al fin y al cabo eres el único al que no puedo decirle que no a nada. 


martes, 1 de mayo de 2012

He cambiado aquel punto y seguido por punto y aparte, y aún así me he perdido. Se me olvida olvidarte. Me envenena el tic tac del pasar de las horas, no te puedo olvidar yo estoy tan solo y tú tan sola. A veces me roza el viento y pienso que eres tú la que me toca, eres la pesadilla que me muerde la boca.

Cuesta admitirlo, pero llegaste a gustarme más que los helados de nata en verano. (Nunca leerás esto, pero sabes bien lo que eso significa). Siempre tuviste algo que me hacía volver a ti, algo más adictivo que la nicotina de los cigarros que fumábamos a pachas. (Quizá sea una tontería, pero echo de menos todo eso). Después llegó el verano y nos pilló sin ganas de Sol, sin ganas de separarnos el uno del otro. (Lo hicimos de todas formas). Tú para aquí, yo para allá; y nos perdimos entre otras toallas, otras ciudades, y otros nombres. Pasado el tiempo, septiembre apareció para robarnos el moreno, y nos habíamos convertido en dos completos desconocidos. Las piernas dejaron de temblar, la mirada de desear, y el corazón de sentir. No eres tú, soy yo; deberíamos darnos un tiempo, necesito pensar… El caso es que todo se rompió y desde aquel momento, nada volvería a ser lo mismo. Dejamos de vernos los domingos, empezamos a evitarnos el resto de la semana y nos fuimos alejando el uno del otro; hasta que empezó la fase del olvido. Te eché de menos como nadie, pero aguanté mis ganas de quererte para que todo resultara más fácil. Ahora ya no sé nada de ti, es triste, pasar de ser todo a no ser nada en tan poco tiempo; pero es tarde para lamentar. Ya eres otro, dejaste de lado esa sonrisa que hacía sentir calor al Sol, la cambiaste por una nueva; y yo me volví una tonta que vive con miedo a perder. Pero quiero que sepas que me sigo acordando de ti las tardes de lluvia, que sigo teniendo celos de cualquiera que intente ocupar el puesto que un día ocupé yo. Quiero que sepas que te voy a querer siempre, pase lo que pase, esté con quien esté.