martes, 22 de mayo de 2012

No fue lo que pudo ser, qué extraña esta forma de doler.

Barrer de sueños el suelo de la habitación, susurrarte al oído que esta noche no vas a irte de aquí; y después sonreír como una tonta el resto de la semana.


Es cuando miras a través de la ventana y te das cuenta de que la nostalgia invade todo tu cuerpo, cuando de verdad empiezas a comprender lo que es echar de menos. Y después, con ese abril que "viene a recordarte que ya no eres feliz" te topas de frente con la realidad; que es que nunca podrás volver atrás. No podrás volver a mirarle a la cara sin sentir que algo falla, que algo se te clava muy dentro, sin ese sentimiento de que ya no es lo mismo. Y te engañarás a ti misma hasta el punto de cambiar del todo tu forma de ser, como si por su culpa tú ya no pudieras seguir siendo la tonta que se ríe por cualquier cosa. La que cuenta un chiste por minuto, y nunca abandona su sonrisa. Como si para olvidarle, tuvieras que fingir ser otra persona. Alguien fuerte, con la mirada segura, capaz de afrontar cualquier problema; pero incapaz de evitar los malos ratos en sus ratos libres. Incapaz de no llorar cuando tiene un minuto. Porque a veces es bueno ser feliz, pero a veces vale más sufrir un poco de vez en cuando que dejarlo todo para ahogarte entre lágrimas el día en que algo explote.

3 comentarios:

  1. Amo tu blog ehhh pero me haces la competencia eso no me gusta nada jajajaja :) esta precioso besotes
    pd:soy patri gil

    ResponderEliminar
  2. Jajajajaja, que tonta patri :) pd, sal tú de la mía :(

    ResponderEliminar