lunes, 7 de mayo de 2012
Y si te vas, llévame en una maleta. Yo prometo no pesarte, tú procura no perderla.
Vuelve antes de que este te quiero se haya convertido en un
triste te quise, y mis labios que ahora suspiran por ti, se entreguen a otros.
Antes de que las manecillas del reloj agoten su tiempo y no me queden fuerzas
de volver a darle cuerda. Cuélate por mi ventana como hacíamos de niños, y
tráeme una rosa por cada mes que me dejaste sola ahogando mis penas. Tenme
miedo, porque puede que si tardas más de la cuenta mi recibimiento no sea el
que tú esperas; y en vez de ofrecerte algo de beber, te lance el vaso a la
cabeza. Roba la libreta donde tengo apuntados todos y cada uno de mis sueños y
ayúdame a cumplirlos, mientras tiras a la basura el bote de lágrimas del
cajón de la mesita. Vuelve pronto conmigo. Vuelve, y haz que mi enfado se pase con solo un besito en la nariz. Porque al fin y al cabo eres el único al que no puedo decirle que
no a nada.
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