domingo, 29 de enero de 2017

Te imagino riendo y se me pasa. Ese es mi truco. Esa es tu magia.

A veces pienso que si volviésemos a conocernos, nada sería igual. A veces pienso que sigues creyendo que entre nosotros dos había algo especial, algo distinto; como aún lo creo yo. Que sigues releyendo las cartas en las que nos decíamos que encontrar al amor de tu vida, a veces, era solo abrir los ojos y ser capaz de ver lo que tenías delante. A veces, las veces en que no estoy tan triste, sé que fuimos muy felices juntos, y que tú también me echas de menos algunas noches. Y algunos días. A veces, pienso en que estas navidades iba a regalarte la llave de casa, a ti, al chico con quien compartía todos mis días; porque quería empezar a compartir algo más que eso. Y a veces no sueño contigo, porque a veces yo también tengo pesadillas. Y vivo mirando hacia un pasado que juré que no tendría presente en mi futuro, y me digo a mí misma que encontraré a alguien que pegue uno a uno todos mis trocitos, y que ojalá ese alguien sea yo misma. Que algún día volveré a reírme como cuando era una niña, como me reía cuando tú estabas cerca; que dejaré de llorar cuando escribas las tonterías que antes me decías solo a mí; que seré capaz de no odiarte, de no odiarme por ser como soy. A veces sé que las cosas que no hicimos son las que más echo de menos, que despertarme contigo es lo mejor que me ha pasado en la vida y que nunca comer unas patatas rancias me gustó tanto. 



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