Siempre nos enseñan que soñar es una parte esencial de la
vida, algo necesario, algo que te ayuda a crear ese mundo tuyo donde refugiarte
cuando todo se te escapa de las manos. Allí los veranos duran años y los fines
de semana, meses. Allí todo lo bueno se multiplica y lo malo, desaparece. Allí
empiezas a creer en todo eso del amor y los príncipes azules. Allí te refugias
a esperar tu final feliz mientras fuera, te intentan quitar las ilusiones. Y te
rompen. Y juegan contigo. Y te mienten. Y te hacen perder la esperanza, que es
lo último que se pierde… Y en ese momento, ¿qué te queda aparte de tus sueños?
No hay comentarios:
Publicar un comentario