domingo, 12 de marzo de 2017

Quédate con quien te mire como yo miro por la ventana del avión.

Supongo que estas serán las últimas palabras que te escriba. Las de un 9 de marzo. Cerrando un círculo que cambió mi vida.
Como enamorada de las películas en general, y con Big Fish como referente, supongo que siempre había tenido bien dentro eso de que "Hay momentos en los que un hombre tiene que luchar, y hay momentos en los que debe aceptar que ha perdido su destino, que el barco ha zarpado, que solo un iluso seguiría insistiendo." Yo también había sido siempre una ilusa. Como Edward Bloom. Capaz de llamar a las floristerías de cinco estados si eso te hubiese hecho sonreír. ¿Y sabes por qué? Porque yo sabía que la clave es encontrar a alguien que no quiera cambiarte, sino que te haga desear ser mejor persona; alguien con quien crezcas en todos los sentidos; y con quien no tengas que fingir que os gustan las mismas cosas, sino que descubras cosas nuevas que te gustan gracias a él. Así que gracias, por descubrirme los domingos de fútbol, los viajes en pareja, la música de Toto, el Pizza Juan, la casa de Ribadesella, lo mucho que cura un "te quiero", y la rutina de la vida contigo. Gracias a eso y a todo lo demás descubrí lo que es el amor, el de verdad, el que lo llenaba todo. Son las tres y seis y yo sigo mirando nuestro reloj.



No hay comentarios:

Publicar un comentario